Gómez Zorraquino, José Ignacio
El estudio de las instituciones y los ministros reales en el Aragón de los siglos XVI y XVII supone entrar en contacto con un trascendental momento histórico, donde la convivencia de los aragoneses estuvo sujeta a las herencias del pasado («tradiciones», leyes, etc.) y a los nuevos tiempos que aportó la MonarquÃa de los Austrias (cada vez más absoluta). En este marco, los aragoneses vieron nacer, transformarse o morir diversas instituciones, leyes, etc., sujetas a los vaivenes de una polÃtica «pactada» entre el rey y las distintas redes de poder con representación en los órganos de gobierno (las Cortes, los concejos, la judicatura, etc.). Para llevar a buen puerto el pacto polÃtico, los «contendientes» se ajustaron a unas complejas relaciones de patronazgo y clientelismo, donde el interés de las partes suponÃa el intercambio de múltiples favores (poco importaba el origen de cada obligación). Con estos ingredientes, cuesta creer que la Corona fuera la única responsable de los dictados polÃticos en el Aragón foral, como tradicionalmente ha defendido la historiografÃa. También debemos mirar a los aragoneses que formaron parte de las élites y de los más diversos institutos -y configuraron la clientela regia-, ya que con sus actuaciones (de apoyo, rechazo e inhibición, según requerÃa cada momento y cada colectivo) participaron en las resoluciones dictadas por los sucesivos monarcas.
