El lector avezado descubrirá entre las lÃneas de este singular escrito los lejanos ecos de las enseñanzas de la Tradición Primordial, reconociendo además que el inspirado poeta es un especialista en el manejo de las fuentes arcanas de Oriente y Occidente.
Estos poemas sobre el Sendero Espiritual, sobre la travesÃa heroica del alma en el mundo, abrevan por igual de la rutilante fuente de las MÃsticas islámica, cristiana y budista. Proponen un abordaje lÃrico cargado de una rica enumeración conceptual que se cierra sobre el cÃrculo de poder, representado por Nuestro Señor, el Cristo.
La VÃa Dorada alude a ese viaje a través de los mundos internos y externos que emprende nuestra alma, camino a la Coronación, al Maestrazgo, y que atraviesa por las zonas pantanosas de las miserias y menudencias de la condición humana profana.
La Ética Divina, demostrada por la vida y los hechos de los sabios y santos de todas las épocas, es revelada en un universo de especierÃa poética, conforme múltiples Tradiciones planetarias han enseñado en el curso de los siglos. Le debe por igual a los arrebatados santos medievales de la España devota, como a la declamación sufÃ, y más modernamente, al breve poema de mÃstica oculta, «La Voz del Silencio», traducido y publicado por Helena Petrovna Blavatsky, a partir de fuentes lamaicas tradicionales, en el correr del siglo XIX.
Pero además, de alguna manera trasunta y expone las propias vivencias internas del autor, que han servido de núcleo emotivo para la edificación de los poemas.