Uno no elige perder, pero sà elige cómo ganar la siguiente vezMi pequeño paÃs, por muchÃsimos años, permaneció oculto. Era un paraÃso donde gobernaba la flor junto con el canto de las aves y la música de los insectos; sin embargo, su verdadero valor residÃa en las fragancias suspendidas en el aire. Una noche, siluetas obscuras y retorcidas atravesaron la espesa neblina y lo encontraronÃ