Era el mejor y el peor de los tiempos. El fin de la Ley Seca disparó las ventas de alcohol, pero la Gran Depresión y la amenaza de guerra persistÃan. El comercio prosperó con anuncios de textos ingeniosos e imágenes creativas que impulsaban los nuevos lujos asequibles: los grandes almacenes, las revistas de cine o los suelos de linóleo modernos.